La experiencia de rebrotar la organización en Villa Sur

por Comité Editorial Revista Horizonte

En la “ex chacra la feria”, se ubica la población construida con hormigón industrializado, Villa Sur (PAC), la cual fue fundada a fines de los años 50, albergando a trabajadoras y trabajadores, en ese momento, de Ferrocarriles del Estado, Fuerzas Armadas, artesanos y a gran parte de la clase trabajadora.
Esta población, históricamente ha tenido una gran presencia de organizaciones sociales, tales como clubes de fútbol ó el Club de Rayuela, la Cooperativa de vivienda Ñuke Mapu, el Club de Adulto Mayor Juventud Prolongada, la Parroquia María Mediadora, que en su quehacer ha brindado el espacio para una diversidad de talleres y organizaciones. Ejemplos como ellos hay varios, sin embargo, para esta nueva generación de dirigencias, que se alejan del trabajo social de la iglesia, es difícil constatar la vigencia de dichas experiencias organizativas. El recuerdo termina quedando anclado al relato de la memoria de algunas y algunos vecinos, que actualmente se encuentran activos socialmente, como don Luis, que también es dirigente del Club de Adulto Mayor “Juventud Prolongada” o la vecina Aída y Miriam, delegadas del pasaje Aristóteles; o el vecino Mario que tiene una disposición de oro en las actividades que organiza la Junta de Vecinos.
Pese a la existencia de organizaciones sociales en la población, estas se caracterizan por desarrollar actividades internas hacia sus socios, o bien generando un vínculo con organizaciones del mismo carácter (por ejemplo, entre clubes deportivos en la organización de ligas deportivas o paseos de adultos mayores socios de un club). Por lo que las problemáticas concretas, que son parte del día a día de toda la comunidad, como la presencia de microbasurales, los ruidos molestos, las denuncias por venta de drogas, demandas y propuestas de acciones municipales en la población (mejora de alumbrado público, veredas, áreas verdes, veterinaria municipal, asistencia social, entre otros), por varios años no han contado con una organización política territorial, que fomente el vínculo entre lo político y lo social, generando de esta manera que quienes asumen la responsabilidad de resolver las demandas, termina siendo generalmente la Municipalidad y su Concejo. No solamente se enfocan en la gestión de solucionar dichas problemáticas, sino que además, coartan al sujeto popular, desactivándolos, incapaces de organizarse, disputar y solucionar.
Es así entonces que en el año 2021, nace la necesidad de sembrar semillas, cuyo florecimiento proyecta espacios de organización popular: se levanta la Junta de Vecinos, cuando un grupo de jóvenes de la misma población, crean Villa Sur Organizada, poniendo a disposición toda la experiencia militante de participación política y social, que desarrollaron en territorios aledaños. Con la intención de revivir la organización popular en su territorio, comienzan a proyectar películas infantiles, apuestan a la coordinación de una feria que apoyara económicamente la subsistencia familiar que, con posterioridad, muta a la feria navideña. También se comienzan a realizar las actividades de conmemoración y recuperación de espacios públicos, mientras tanto un grupo de vecinas comenzó a realizar intervenciones artísticas, apoyando mediante campañas de financiamiento a Cuba.

Ambas experiencias, Villa Sur Organizada y la recuperación de espacios públicos y actividades culturales, se fueron vinculando y concretando trabajo. Ganaron reconocimiento y recibieron consultas e inquietudes de la comunidad. Así se conformó, a mediados del año 2022, la Junta de Vecinos Recuperando Villa Sur, la cual tiene por desafío recuperar la identidad de la población y sus espacios públicos.
Una de las actividades que retratan lo anterior, fue la celebración del aniversario n° 67 de la población, en noviembre del año 2023, que a esa fecha solo se había celebrado en 1997. En aquella instancia se logró contar la historia de la población y reconocer a quienes contribuyeron en hacer de este territorio, lleno de pozos areneros y “yuyos”, un mejor espacio para vivir.

En la misma línea, otro de los objetivos a los que apuesta dejar como legado esta Junta Vecinal es el proyecto de construcción de una sede que posibilite albergar los frutos de la semilla que hoy se está gestando. Puesto que una de las principales problemáticas que se enfrenta es la de no contar con infraestructura propia, dificultando así la realización de asambleas, talleres, cursos, operativos, otras tantas iniciativas en beneficio de la comunidad, e incluso dificulta la facilitación de espacios para fomentar el desarrollo de otras organizaciones.
Todo lo anterior ha significado un proceso de validación de nuevas dirigencias, desnaturalización de las condiciones de nuestro territorio, de cuestionamiento, demanda y trabajo por mejoras tanto materiales como del fortalecimiento del tejido social de la población. Sin embargo, es imposible pasar por alto el todavía bajo involucramiento de la comunidad en este proceso de cambio, y el cerco de desconfianza que se ha tenido que ir corriendo, provocado por años de promesas incumplidas por parte de autoridades, y de conductas asistencialistas y paternalistas de dirigencias anteriores. No obstante, la Junta Vecinal se posiciona como un actor clave que trae esperanza en el quehacer de la población, no solo en la acción de intervención concreta, sino que también facilita el diálogo, la reflexión y la recuperación de la memoria barrial, línea base para la proyección de un horizonte común y compartido por todos los y las vecinas.