
artículo publicado el 20/09/2021 en la Revista TejeR
por Equipo Editoral
A casi dos años del alzamiento de octubre de 2019 en Chile, la rebelión, revuelta, o insurrección ha entrado en una fase de institucionalización. Pareciera ser que se trata de un proceso socio-político con elementos tan complejos, que lo hacen difícil de comparar, y por ende, de encontrar visos predictivos de cómo sigue la cosa. Sin duda, el Acuerdo por la Paz de noviembre de 2019 es un hito más del largo registro de las salidas institucionales de los dueños del poder y la riqueza, los que cada cierto tiempo “ponen la pelota contra el piso”, se “a-ratonan en el área” y “salen jugando con la legalidad”, frente a la explosiva y masiva irrupción de los sectores marginados, que nunca han tenido ni tiro ni cancha. Si vemos este panorama a largo plazo, estamos “navegando la crisis” de una democracia de baja intensidad; ese engendro de la transición eunuca que aún no concluye.
Entendiendo que el pueblo siempre puede decir algo, y que la calle es nuestra, porque allí nos encontramos para manifestarnos, nuestra rebelión es popular y callejera, multi-color, permanente, multi-forme, sin proyecto, in-organica, pero viva y en permanente mutación.
En ese plano y en los últimos dos años de este nuevo periodo de crisis de gobernabilidad y hegemonía, las expresiones plásticas colectivas y callejeras cumplieron un rol clave: fueron el mecanismo por el cual la denuncia pública desbordó de hecho los límites de lo permitido por los acuerdos de la gobernabilidad de los poderosos. Vimos como el rayado, el mural, un papelógrafo, una pintada en el asfalto con tiza o pintura, un afiche serigrafiado, fueron los soportes que siempre estuvieron y que “volvieron a verse”. Son desde siempre nuestras herramientas de comunicación que han acompañado por décadas las luchas del pueblo trabajador y de los sectores populares.
Esta Serie de reportajes hablarán del muralismo popular y callejero (en adelante MPC) desde las voces de sus protagonistas: las y los muralistas, las brigadas muralistas, las organizaciones.